Necesitamos el aire, la
naturaleza, el alimento, las cosas materiales que nos hacen la vida más cómoda
y sobre todo necesitamos el cariño y el amor de los demás. Cualquier teoría que
te diga que no necesitas nada te llevará a la decepción y hastío de vivir.
Cuando nacemos, somos totalmente
dependientes de las personas que nos cuidan, sin ellos que nos proporcionan el
cuidado, el alimento y el cariño no tardaríamos mucho tiempo en morir,
curiosamente somos de todos los seres vivos los más dependientes a la hora de
continuar con vida. Los organismos que nacen completamente independientes y no
necesitan nada no tienen ninguna capacidad de mejorar y desarrollarse, si naces
ameba toda tu vida serás una ameba. Mientras más dependencia al nacer hay más
posibilidades de desarrollo. El nacer dependiente es algo que la sociedad tiene
completamente asumido y nadie te va a prejuzgar por esa dependencia.
Más tarde, cuando te vas
acercando a la adolescencia y asumes que no necesitas nada de nadie, vas
entrando poco a poco en la ilusión de la independencia.
Poco a poco te crees que los demás son independientes de ti y tú de ellos, tú
eres el dueño de tu vida, estás capacitado para aprender, trabajar, divertirte,
ganar dinero y relacionarte con quien quieras. Los seres humanos nos instalamos
en ese estado de independencia durante muchos años, nos creemos suficientes e
incluso superiores a los demás…hasta que nos damos cuenta de que todo es
mentira. Durante ese periodo en el que te crees independiente, sobrevives en el
ataque y defensa de tu propia identidad, cuando consigues algo que tú piensas
que es digno de ti, pronto te das cuenta de que es diferente de cómo habías
imaginado, nada es merecedor de tu persona, los momentos de felicidad duran muy
poco tiempo y pasas la mayor parte de tu tiempo angustiado y defendiéndote de
la propia vida.
Llega un momento en la vida de
cualquier persona en el que se da cuenta de que no es independiente, toma
consciencia de que vivía en una ilusión, de que necesita y quiere a las
personas que forman parte de su vida, se da cuenta de la satisfacción que le
aporta el café que se está tomando, el contacto con sus seres queridos, la
seguridad de sus ingresos económicos, el contacto físico con su pareja y el
indescriptible aprecio que siente por la naturaleza y por todo lo que le rodea.
En ese momento empieza a relacionarse de una manera distinta con todo lo que
hay, empieza a dar lo mejor que hay en uno mismo y a recibir de la misma
manera. Ha entrado en la mejor manera posible de vida, la interdependencia, dar lo mejor de uno mismo y recibir lo mejor de
los demás. Lástima que mucha gente muera sin haberlo experimentado. No seas uno
de ellos y empieza a vivir de manera interdependiente.