Breve
síntesis del estudio de la conciencia hasta el momento actual.
Partimos de:
TRES ESTADOS QUE NOS CONFORMAN
CONSCIENTE: es el estado donde nos desenvolvemos y lo hacemos prácticamente
de manera automática, no nos damos cuenta de nuestras respuestas y no
entendemos los desafíos diarios a los que nos enfrentamos, ni entendemos el
porqué de por mucho que nos esforcemos todo los estímulos exteriores parecen en
contra de todas nuestras acciones. Se origina un gran sufrimiento y falta de
motivación por la propia vida.
Una
vez que nos damos cuenta de nuestra propia inoperancia si profundizamos podemos
descubrir los motivos. Se produce un conocimiento del ego, de nuestros propios
condicionamientos, de nuestra manera rutinaria de comportarnos. Nuestro
consciente condicionado es la manera más superficial de nuestro funcionamiento.
Creamos un personaje idealizado de cómo nos gustaría ser y actuamos
constantemente y sin que nos demos cuenta bajo las ‘órdenes’ de nuestro
personaje. El personaje es una energía sintética o no natural que hay que
observar para que poco a poco vaya dejando de ocupar nuestro lugar, mientras no
te des cuenta de ella, será la que dirija todas tus respuestas ocultando tu
verdadero potencial.
Nuestro
consciente ordinario es muy fácilmente manipulable; esta parte de nuestra
consciencia es un campo de fuerzas en conflicto entre nuestro inconsciente y
nuestro supraconsciente, de su estudio y terapeuta se han ocupado:
Conductismo, que se ha ocupado principalmente del estudio del
comportamiento humano, se parte del modelo darwiniano en el que se entiende al
ser humano como un ser biológico modulado por el ambiente. Este modelo de
estudio se basa en datos empíricos y científicos fácilmente observables. Ha
aportado una cantidad de técnicas muy válidas y operativas para trabajar este
nivel como la Terapia de Conducta, la Modificación de conducta y el Análisis
Conductual Aplicado, entre otras muchas; se basa en métodos estadísticos de
probabilidades. Es una manera de trabajo y estudio superficial del ser humano
que ha obviado por completo la consciencia y se fija únicamente en el modelo o
modo de comportamiento. Todas las técnicas que se utilizan en los medios de
comunicación, publicidad, política etc., trabajan para modificar y alterar la
manera de comportarse del ser humano obviando todo lo demás.
Algunos
estudiosos conductuales desde principios del siglo XX hasta la actualidad han
sido Pavlov, Watson, Skinner o Joseph Wolpe entre otros muchos.
Psicología cognitiva, se basa en el
estudio de la cognición; es decir, de los procesos mentales implicados en el
conocimiento. Tiene como objeto de estudio los mecanismos básicos y profundos
por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el
aprendizaje, hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico. Por
cognitivo entendemos el acto de conocimiento, en sus acciones de almacenar,
recuperar, reconocer, comprender, organizar y usar la información recibida a
través de los sentidos. Aborda cómo los seres humanos toman la información
sensorial entrante y la transforman, sintetizan, elaboran, almacenan, recuperan
y finalmente hacen uso de ella (Wikipedia). Surge después del conductismo e
incorpora entre el estímulo y respuesta todo el procesamiento interno mental de
la información, reconociendo también la motivación, las creencias y los deseos,
intentando aportar un mayor rigor científico en los datos, pero obviando
completamente el inconsciente y otros métodos fenomenológicos como el psicoanálisis.
Se utiliza toda una serie de técnicas y terapias sistémicas que comprenden la Terapia cognitiva, la PNL, Cognición social, Psicología del desarrollo, Psicología
educacional y la Psicología de la personalidad. Algunos de sus representantes
son Alan Baddeley, Bruner, Lev Vygotski, Jean Piaget, Angel Riviere y George
Kelly y todos los contemporáneos. Todos ellos han aportado gran cantidad de
información, formación y métodos de trabajo tanto a nivel individual como
colectivo.
Tanto
el conductismo como la psicología cognitiva niegan la introspección y el autoconocimiento
por lo que reducen todo su método a la parte más externa y superficial de la
conciencia.
Hay
muchísimas personas (por no decir la mayoría) viviendo en este nivel
superficial de consciencia donde se está interpretando un personaje idealizado
que les hace actuar dentro de muchos roles, en función de con quien se esté
interaccionando, y que busca un reconocimiento externo que nunca llega debido a
que ese personaje no es real y por lo tanto no puede ser reconocido.
Se
trabaja y se estudia el funcionamiento del hemisferio izquierdo, lo único que
se observa es la RESPUESTA y por
lo tanto ésa es la única área de trabajo.
INCONSCIENTE: el inconsciente está formado por toda la información acumulada
por nosotros mismos y por nuestros ancestros y que es desconocida por nuestra
consciencia. Podemos encontrar tanto
nuestro verdadero potencial como el conjunto de los contenidos reprimidos que
son mantenidos al margen, apartados de la conciencia, aun cuando ellos
muestren una permanente efectividad psíquica e intensa actividad a través de
mecanismos y formaciones específicas. Su
naturaleza es emocional, no razona, ni piensa, está subordinada a la razón. En
nuestro inconsciente están alojadas todas las experiencias que por no haber
tenido las herramientas necesarias en el momento en que se produjeron y por
estar a las órdenes de nuestro personaje, hemos reprimido y no hemos dejado que
salgan a la superficie y se liquiden definitivamente. El inconsciente ha sido
negado por el racionalismo en una primera etapa en oposición al psicoanálisis, aunque en la actualidad
la neurociencia ya ha demostrado que la mente consciente es cientos de milisegundos
más lenta que los procesos inconscientes. Son Sigmund Freud y Carl Gustav Jung
los principales exponentes en descubrir y describir esta naturaleza profunda en
todos los seres humanos. Fue Jung el que consideró -que la verdadera
terapéutica comienza con la investigación de la «historia personal secreta» de
la persona aquejada por su enfermedad; su averiguación debe remitir al profesional
hacia lo consciente, pero también, y sobre todo, a lo inconsciente, con lo que
el ensayo de asociación, la interpretación de los sueños y el contacto humano
con el paciente son de vital importancia. Todo diagnóstico debe ir acompañado
por tanto de dicha historia personal antes de recabar en la correspondiente
solución psicoterapéutica- reconociendo ‘la sombra’ o comportamientos que
reprimimos sin darnos cuenta. Las técnicas que se utilizan para acceder al
inconsciente son la hipnosis y las regresiones.
Es
de vital importancia entrar en nuestra psique profunda para procesar todas las
experiencias que hemos acumulado y reprimido y que están impidiendo que seamos
nosotros mismos. Cada vez que un potencial innato trata de emerger una
represión inconsciente trata de anularlo.
De
esta comprensión y estudio del inconsciente surge a la vez la psicología humanista o postmoderna (Tercera
Fuerza). Nace en con la intención de integrar las fuerzas aparentemente
opuesta que intentan reducir al ser humano a variables cuantificables
(conductismo), o que, en el caso del psicoanálisis, se había centrado en los
aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad humana). Las premisas principales son la de que el ser
humano es de naturaleza intrínsecamente buena y con tendencia innata a la
autorrealización. Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de
nosotros mismos y la forma en que nos identificamos con nuestro yo o ego, es
uno de los varios estados y niveles de conciencia a los que podemos llegar,
pero no es el único. Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la
totalidad que somos. Superación de la escisión mente/cuerpo. Reequilibrio entre
polaridades y revalorización de lo emocional. Valoración de una comunicación
que implique el reconocimiento del otro en cuanto tal: dejar de reconocer a los
demás como objetos o medios para alcanzar nuestros propósitos personales es uno
de los énfasis principales de esta corriente. Comprensión holística del ser
humano.
Sus
máximos representantes son Abraham Maslow y Carl Rogers. Sus valores
principales son la libertad, la dignidad y el amor. La técnica utilizada es una
terapia no directiva y centrada en el cliente. Rechazo total al papel directivo
del terapeuta. Logoterapia, Análisis transaccional, Enfoque bioenergético de
Lowen y el psicodrama. Se proponen la experiencia no verbal y los estados
ampliados de conciencia como medio de realizar el pleno potencial humano.
Se
trabaja y se estudia el funcionamiento del hemisferio derecho, se trabaja a
nivel de causas y el objeto de estudio son los ESTÍMULOS internos y externos.
SUPRACONCIENTE: es nuestra verdadera naturaleza, es nuestro yo más
íntimo que siempre está presente y por ese mismo hecho lo obviamos. Es el que
está escribiendo estas líneas y el que estaba hace cinco minutos, y ayer, y hace 50 años o 500 años, es la cara que yo
tenía antes de que naciera y la cara que tenían mis padres antes de nacer (Ken
Wilder), es una presencia sin tiempo, es ese lugar íntimo en el que no cabe
ninguna otra cosa que nosotros mismos, sin pensamientos, sin tiempo, es una
plenitud subyacente que no quiere nada ni necesita nada, es el yo detrás de la
personalidad, que siempre ha estado y siempre estará, es la constante dentro
del universo, tan íntimo como nosotros mismos y tan desapegado como el espacio
que nos rodea.
De
su estudio se han encargado todas las religiones y filosofías y en la
actualidad de una manera más práctica la
psicología transpersonal.
Desde
todas las épocas y ámbitos se ha tratado el estudio del supraconsciente a través de
religiones, filosofías, chamanes, etc. Entrando en estados más allá de la conciencia
personal, que pasan a través del ser humano transcendiéndolo y se ha logrado
pasando por bandas transpersonales a través del centro de nuestra
identificación, contemplación y transcendencia del ego, para llegar a ese punto
que siempre ha estado ahí pero que no habíamos reconocido.
Los
fundadores de la transpersonal pueden considerarse a Stanislav Grof y a Ken
Wilber, ambos en activo en la actualidad. Mientras Grof a tratado de hacer una
aplicación más práctica de la transpersonal a partir del estudio de miles de
casos y sus métodos de respiración holotrópica y matrices perinatales para
entrar en esos estados ampliados de conciencia y sacar la información ‘oculta’
o reprimida con el objetivo de acompañar en el proceso a la persona a
integrarla y disolverla, Wilber ha trabajado más el aspecto de una psicología
integral dejando un legado magnifico escrito donde conjuga de una manera
magistral todo lo conocido desde cualquier ámbito (ya sea científico,
religioso, espiritual o social) en el estudio del ser humano, creando un
trabajo integral en el que extrapola lo individual a lo colectivo, la
conciencia psíquica con la biología y la fisiología, y la cultura con la
sociedad.
Me
gustaría hacer una mención especial a Antonio Blay Fontcuberta que realizó un trabajo
magnifico en Barcelona sobre estos tres modelos de la conciencia. En una
primera parte explicando y utilizando técnicas para la detección y superación
del personaje, en el nivel inconsciente para tratar de sacar todas las
represiones mediante órdenes sencillas internas y en una tercera parte para
tratar de conocer y sacar todo nuestro potencial innato desde nuestro
supraconsciente.
En
el estudio de ese supraconsciente dio un curso magistral sobre que es la
realidad de una manera experimental y directa que no he encontrado en ningún
otro sitio. Su práctica sobre el centramiento es la piedra angular del trabajo que propone.
Otra
persona que merece mi total
reconocimiento en el trabajo con el supraconsciente es Eckart Tolle que ofrece
de una manera muy sencilla como mantenerse en contacto permanente con esa parte
nuestra.
La
transpersonal pretende armonizar los dos hemisferios para una vida más plena,
sin que ni estímulos ni respuestas sean necesarios, fomentando la creatividad espontánea
y sin ningún esfuerzo, sería el hacer sin hacer o como dicen los japoneses el
wi wei.
A partir
de ese contacto directo con nosotros mismos la vida pasa a ser algo
completamente fresco, novedoso e impredecible y se abre una posibilidad
infinita de conocimientos y experiencias.