Lo más denso que existe en el
universo es la materia, son las cosas que utilizamos cada día, la tierra y la
naturaleza, los animales y nuestro propio cuerpo. La materia es el gran tesoro
de la vida, la que nos permite experimentar y aprender hasta el infinito. Pero
la materia no existiría sin un espacio que la separara, sin un mundo subjetivo
que la reconociera y se maravillara ante ella. Tú y yo no existiríamos sino
hubiera un vacío entre nosotros, y es desde ese espacio desde donde podemos
proteger, reconocer y amar la materia.
Ese espacio también está dentro de ti, separa
todas las células de tu cuerpo y mantiene tu cuerpo en movimiento.
La mayoría de las veces nos
identificamos con la materia, nos identificamos con lo denso y eso nos produce
limitaciones, angustia y enfermedad. Sin embargo incluso tu cuerpo es un 99%
espacio vacío. En el momento en que te identificas con ese vacío toda la
materia se relaja y la liberas para que sea como tiene que ser, la materia no
necesita de tu control para ser, la materia existe solo para reconocerla y
amarla. Si en este mismo instante te identificas con ese espacio vacío que hay
dentro de ti, instantáneamente toda tu fisiología se relaja, tus constantes
vitales empiezan a equilibrarse y todo tu cuerpo empieza a funcionar con normalidad
produciendo una sensación de alivio inmediata.
El control no es un atributo
positivo del ser humano, es algo que no deja realizar a la materia su función,
el control perjudica gravemente todas las cosas materiales y a ti mismo. Sin
embargo sí que es un atributo del ser humano el reconocimiento y cuidado de esa
materia. Solamente desde ese espacio vacío puedes amar, reconocer y aprovecharte
de todos los beneficios que te aporta esa materia en tu vida. Pero no identificándote
con ella ni tratando de controlarla, ya que tú no eres materia nada más que en
un 1%.
La fe no es un acto mágico o
milagroso, es una cuestión de sentido común para cualquier persona, es dejar de
controlar y empezar a disfrutar de la vida. Es dejar que ese espacio que existe
entre todo lo que vemos se organice de forma eficiente. El espacio está
constantemente modificando la materia, así que desde ese 1% material que eres tú
no puedes controlar nada ni pretender que la materia no cambie, pero si puedes
agradecer, cuidar, amar y respetar todo lo que ves, empezando por tu propio
cuerpo.