Ser libre no consiste solamente
en hacer lo que uno quiere, ser libre incluye también sentir y pensar lo que uno decide por su propia
voluntad. Observamos en este sentido que el ser humano se encuentra con muy
poca libertad individual y poco capacitado para tomar sus propias decisiones.
En lo que se refiere al sentir vivimos e
interaccionamos con los demás en un estado emocional interno alterado del que
no somos conscientes y además no sabemos gestionar ya que le prestamos poca
atención al sentir interno y le damos toda el poder al estímulo externo que nos
está provocando cualquier reacción emocional ya sea en un sentido positivo o
negativo. Cuando uno poco a poco aprende a prestarse atención a si mismo
simplemente observando su respiración y serenándose de una manera natural va
encontrando ese espacio donde puede sentirse libre aún en las situaciones más alteradas
en la vida diaria y es capaz de serenarse e interaccionar desde un estado de
absoluto poder interior. No son las situaciones las que me condicionan, es la
sensación que me provocan las que me pueden perjudicar, y esas sensaciones
internas son mías y de nadie más, soy yo las que me las llevo puestas una vez
ha pasado el estímulo provocador, por lo tanto soy yo la que tengo que aprender
a sentirme tranquila y libre el mayor tiempo posible ya que todos los estímulos
pasan y yo soy la que me quedo. Es urgente entonces que aprendamos a sentirnos
bien, ya que la paz y la felicidad es nuestro mejor tesoro y nuestra base y
esto no es un objetivo a lograr, es algo que está siempre presente si aprendemos
prestar atención a ello. La libertad es un estado de ánimo que sólo depende de ti.
En lo que se refiere al pensar
también estamos altamente condicionados desde la infancia dependiendo de la
familia, cultura o valores donde vayamos creciendo. La mente se identifica muy fácilmente
y da por buena cualquier información que nos llegue si ésta previamente está en
concordancia con la información previa que ya existe en nuestro cerebro. No
somos capaces de permanecer en silencio para la comprensión profunda de las
cosas; tomado perspectiva para poder ver más allá de nuestro punto de vista
particular, y esto ocurre porque hemos sido condicionados al pensamiento del
grupo como la opción donde nos sentimos más seguros y acompañados. Los medios
de comunicación han estudiado profundamente todo el funcionamiento mental y se
utiliza sistemáticamente para que actuemos según sus intereses particulares presentándonos
cualquier opción que no sea la suya como peligrosa, para provocarnos un estado
de miedo en caso de actuar libremente. Los librepensadores a pesar de ser los
únicos capaces de promover la creatividad y los mayores avances en nuestra
historia son una amenaza para cualquier sistema partidista u organización.
La inteligencia no son los pensamientos
aislados que van apareciendo de forma constante en nuestra conciencia, la
inteligencia es el fondo que permite que los pensamientos ocurran sin quedar
condicionada por ninguno de ellos. Su capacidad de operar y de manejar información
es infinita y escapa a nuestra conciencia, es absurdo defender en ese sentido
cualquier ideología, ya que una idea es una ínfima parte de la inteligencia.
Hasta que uno no es capaz de ir soltando sus creencias programadas está
dificultando la expansión de su propio entendimiento.
Una vez que aprendemos a
serenarnos y tomar el control de nuestro sentir podemos impregnar de esta
serenidad a nuestra inteligencia para que pueda funcionar desde el silencio
poniendo toda nuestra disposición voluntaria a todo nuestro potencial.
Cualquier información que se impregna de una sensación interna de bienestar
queda grabada en nuestra memoria de una forma más provechosa que si lo hacemos
desde una sensación de oposición o aburrimiento. Una vez hemos aprendido a ser
libres en el sentir y en el pensar estamos en disposición también en ser libres
en el hacer, proyectando nuestro foco de atención de forma completa a nuestra
actividad y aumentando exponencialmente la calidad de todo lo que hacemos, ya
sea un café, una presentación o hacer deporte. Y no tenemos ninguna necesidad
de estar controlando lo que están haciendo los demás. La realización es actualizar tu propio potencial individual.
Y por último ser libres no sólo
consiste en hacer, sentir y pensar de forma voluntaria, es dejar que los demás
hagan lo mismo, ya que si no quedarías condicionado y preso de igual manera que
estabas antes.