Son tres las energías que
conforman toda tu vida, son inherentes a ti y están a tu disposición si las
conoces y las utilizas expresándolas y desarrollándolas. Si no las ejercitas te
encontrarás siempre envuelto en la corriente de las circunstancias externas o
en modo reactivo a las energías de las personas que te rodean. La ENERGIA VITAL
es la que mueve tu cuerpo físico, sin ella el cuerpo no es más que materia
muerta, es su movilización la base de la salud y el bienestar, la enfermedad no
es más que el bloqueo de esta energía en algún lugar concreto del cuerpo. La
segunda energía es LA INTELIGENCIA, su expresión es la comprensión, lucidez y orden
de todas las cosas, sólo expresando las ideas que surgen en tu mente esta se
expande y resuelve cualquier problema. La tercera energía es el AMOR, sólo
expresando la afectividad de forma autoconsciente conseguiremos sentir
seguridad y sentirnos positivos y sólidos independientemente de las reacciones
emocionales de los demás.
ESTAS TRES ENERGÍAS TIENEN UN RITMO Y REQUIEREN DE INTERVALOS DE
DESCANSO, INTERIORIZACIÓN Y SILENCIO PROPORCIONAL A SU EXPRESIÓN O MOVIMIENTO.
La ENERGIA VITAL (el chi en la
tradición china o el prana en India) fluye a través del ejercicio físico, la
sexualidad y nuestra capacidad de defensa o lucha. Una persona solamente puede
ser pacífica cuando ejerce de manera consciente y continua la defensa de su
territorio, no como una explosión de energía reprimida sino como un acto de
plena lucidez vital. Una persona que no ejerce esta energía siempre se sentirá
vulnerable y adoptará de forma automática el papel de víctima, lo que culminará
en enfermedades o malestares físicos localizados. De igual manera
autoconsciente y voluntaria hay que desarrollar la energía sexual
satisfactoria, sin represiones morales que desencadenen en patologías o
comportamientos destructivos hacía las demás personas. El ejercicio físico
estimula enormemente el bienestar del cuerpo favoreciendo su vitalidad. Todo lo
que no se mueve se muere.
El desarrollo de LA INTELIGENCIA
pasa por su expresión hablada o escrita, sino se hace así se formará una
especie de nubes de pensamientos no expresados, incoherentes y sin ninguna
finalidad, la velocidad de los pensamientos es la más rápida de que existe, por
lo que es imprescindible la pausa, el silencio entre una expresión y otra, como
base lúcida de la inteligencia, si no se hacen pausas a la hora de expresar la
inteligencia lo único que saldrá serán todos esos pensamientos que no hemos
expresado anteriormente y que conforman esa nube de funcionamiento psicológico
que envuelve y esconde nuestra verdadera lucidez mental. Es muy beneficioso en
este sentido las tertulias, las reuniones de amigos o de trabajo donde en un
ambiente distendido podamos expresar nuestras ideas sin todos los juicios psicológicos
imaginarios que impiden dar salida a
nuestros pensamientos. El sentido del humor actúa como una válvula de escape
muy poderosa de todos nuestros miedos intelectuales.
La tercera energía que nos
conforma es EL AMOR Y LA AFECTIVIDAD, si no lo expresamos y nos obligamos a
ejercitarlo lo que desarrollaremos será la sensibilidad, que es una cualidad individual
e introspectiva que tiende al bloqueo emocional, para poder dar salida a
nuestra afectividad hay que quererlo todo de forma consciente y voluntaria. Se
trata de dar salida a nuestra afectividad en todo y hacia todas las cosas en
las que nos focalizamos y sobre las que ejercemos cualquier acción consciente.
Cuando damos expresión a nuestro amor en el entorno la respuesta es instantánea
formando una unión inmediata de agradecimiento mutuo con la otra parte. Sólo
cuando ejercemos y damos expresión externa de toda la afectividad que llevamos
dentro podemos sentirnos sólidos y positivos independientemente de todo lo que
nos rodea, ya que nos damos cuenta de que el amor es una cualidad interna que
no está en el exterior, sino en el interior y de esta manera podemos deshacernos
del apego y de la necesidad de control sobre los demás. La música, la naturaleza, el amor
propio, las relaciones de pareja, con los amigos y con la infancia y la familia
son los medios excepcionales que tenemos para desarrollarlas y mejorarlas en
cada momento de nuestra vida.
El conocimiento de estas tres
energías y su funcionamiento es igual en todos los seres humanos, no pienses
que te favorecen o te perjudican por motivos personales. Solamente podrás ser tú
mismo en cada momento si eres consciente de ellas y estás dispuesto a trabajarlas
y expandirlas sin límites en tu experiencia de vida.
Ese es un camino que tendrás que hacer en soledad si estás dispuesto a entrar en el silencio y ejercitar desde ahí los recursos de los que dispones.