La capacidad de hablar de los
seres humanos se hace posible a partir de un proceso de sustitución simbólica
con el objetivo de comunicar a otros seres una percepción propia de la realidad.
Surge de la necesidad de comunicar mediante un objeto o símbolo una realidad no
presente o no alcanzable para llamar la atención de los demás sobre un hecho
concreto. Desde entonces las capacidades cognitivas de la mente humana se han
ido desarrollando de manera exponencial.
En ese momento el cerebro empezó a
necesitar como alimento el lenguaje para su propio desarrollo, importando poco
la realidad inmediata o presente de las personas y confundiendo de manera
masiva e inconsciente el símbolo con lo que representa.
Cada mente individual está
atrapada en su propia interpretación del mundo y trata de convencer a los demás
de esa interpretación pasando por alto que es un guion propio creado por la
propia mente. Las consecuencias de confundir el símbolo con lo que representa
te puede hacer altamente vulnerable y manipulable por los medios o el entorno que
te utilizan en beneficio propio. No es culpable el que está emitiendo el mensaje,
es la incapacidad del que lo está recibiendo de no darse cuenta que solamente
son palabras, en su mayoría interesadas, no realidades.
En este momento en el que hemos
llegado a un sistema de funcionamiento social absurdo en que la mente humana ha
sobrepasado sus propios límites interpretativos y se han puesto en evidencia todas
sus mentiras es cuando ha surgido el despertar de la conciencia en cada vez más
personas por todas las partes del mundo. El despertar de la conciencia no es
más que la reflexión profunda de darse cuenta de la realidad sin identificarse
con los pensamientos. Desde ese momento puedes utilizar el lenguaje y ponerlo a
tu servicio de una manera altamente constructiva para ti y para los demás. El
ego es la idea o interpretación hablada que tienes de ti mismo, cuando te da cuenta es cuando por fin
puedes librarte de esa mentira y vivir aprovechando al máximo tus propias
capacidades reales con una actitud diaria de serenidad y alegría natural.
La comunicación puede cambiar la
vida de cualquier persona si se utiliza sin la intención de la defensa o el ataque. Solo podrás comunicar si
lo haces desde una base neutra y sincera, escuchando, haciendo pausas y no
confundiendo las palabras con lo que hay detrás de ellas, que es el mensaje
verdadero que se quiere transmitir.
Ahora nos toca aprender comunicación
emocional y desprogramar la mente de las creencias absurdas en las que se ha
sumergido. No caigas en el error de pensar que la mente es tu enemigo, es
simplemente otro órgano funcionando a tu servicio, que se puede tornar
tremendamente útil cuando aprietas el botón de la conciencia.